En muchas empresas, el área de Capacitación sigue operando como un proveedor de cursos que responde a solicitudes específicas de sus clientes internos, es decir, las distintas áreas de la empresa. Sin embargo, en un entorno de negocios cada vez más exigente y cambiante, este enfoque resulta limitado. Para que la capacitación genere valor real, necesita una orientación estratégica, alineada con los objetivos del negocio y con la capacidad de impactar tanto en el desempeño de las personas como en los resultados de la organización.
¿En qué sentido puede tener la capacitación un enfoque estratégico? Para empezar, cuando no se limita a atender solicitudes, sino que las analiza, valida y cuestiona. Evalúa si la capacitación es realmente la solución más adecuada y, en su caso, define qué tipo de intervención generará el mayor impacto. Va más allá de ofrecer cursos sueltos: diseña soluciones que responden a retos reales del negocio y convierte el aprendizaje en una herramienta para la competitividad.
Con esta visión, el área de Capacitación puede aportar mucho más que cursos. Su contribución se amplía notablemente cuando trabaja en conjunto con líderes y equipos para fortalecer capacidades clave, impulsar una mejor cultura de aprendizaje y diseñar intervenciones alineadas a los objetivos estratégicos de la empresa.
Desde esa óptica:
- Puede desarrollar proyectos y programas de capacitación diseñados para responder a las necesidades específicas de cada área, pero siempre orientados a obtener resultados concretos para el negocio.
- Puede participar en la construcción de planes de carrera y sucesión, identificando y desarrollando el talento clave.
- Puede contribuir a la identificación de las mejores fuentes de conocimiento para cada necesidad y transformarlas en contenidos de capacitación de alto valor.
- Puede participar en la estrategia para conservar el conocimiento esencial de la empresa, evitando que se pierda con la rotación de personal, y ayudando a sistematizarlo, transferirlo y hacerlo crecer.
- Puede impulsar una mejor cultura de aprendizaje, logrando que los colaboradores se sientan motivados y comprometidos con su desarrollo profesional para beneficio de la empresa.
- Puede integrar a la capacitación metodologías innovadoras como el aprendizaje experiencial, la gamificación, el aprendizaje híbrido, o incluso la inteligencia artificial aplicada al desarrollo de las capacidades personales.
- Puede aprovechar nuevas herramientas tecnológicas para que la capacitación sea más accesible y flexible.
- Puede medir los resultados de la capacitación, no solo en satisfacción, sino en aprendizaje, mejora de desempeño e, incluso, beneficios económicos para la empresa.
- Puede asesorar a líderes y gerentes para integrar el aprendizaje en su estrategia de desarrollo de talento.
El área de Capacitación tiene el potencial de ser un socio estratégico de cada área de la empresa. Cuando se posiciona con esta visión, deja de ser un centro de costo para convertirse en un factor clave para el crecimiento y la transformación organizacional. La clave está en dejar de pensar que la capacitación es solo cursos, y comenzar a diseñar soluciones que impulsen el desempeño, fortalezcan capacidades críticas y generen resultados de negocio para la empresa.
En IDESAA, acompañamos a las organizaciones en este proceso. Ayudamos a transformar el área de capacitación en un socio estratégico, diseñando soluciones alineadas al negocio, medibles en resultados y enfocadas en el desarrollo real de capacidades clave.
Conoce al autor:
René Mena Seifert, CEO de IDESAA. Es especialista en Universidades Corporativas y asesor en la transformación de la capacitación en soluciones para el crecimiento y la competitividad empresarial.