Cuando una empresa integra el ROI emocional en su estrategia de desarrollo, activa un ciclo positivo que influye directamente en el clima laboral. Además, si cada líder reconoce, comunica y evalúa el impacto emocional de la formación en sus colaboradores,
- crea espacios donde las personas se sienten escuchadas y bien valoradas,
- fortalece la cohesión, la identidad del equipo y el sentido de propósito compartido, y
- promueve una cultura de bienestar y compromiso que se refleja en el entorno de trabajo.
Este ambiente emocionalmente favorable mejora la experiencia de los colaboradores y la convierte en un activo valioso para atraer y retener talento, impulsar el desempeño y consolidar una organización adaptable y humana.
En 2022, Deloitte encuestó a casi 4000 colaboradores en 12 industrias y halló que un entorno con alta salud mental laboral promueve un cambio significativo en actitudes y productividad. En contraste, el estudio también reveló que el 22% de los colaboradores aún evitaban hablar del tema. Este hallazgo refuerza la necesidad de priorizar el ROI emocional como factor crítico en la creación de un clima laboral positivo y una cultura emocionalmente saludable.
En esta guía de campo, presentamos cinco pasos prácticos que los líderes y responsables de Capital Humano pueden emprender para activar el impacto emocional estratégico en la empresa:
- Diseña programas formativos y dinámicas in situ con experiencias reales del equipo
Dialoga activamente con los líderes de área para conocer los desafíos emocionales de su día a día: estrés por plazos, presión de clientes, relaciones tensas o incertidumbre interna o externa. Usa esos datos para personalizar casos, dinámicas y ejemplos. Por ejemplo, si un equipo vive bajo presión constante por metas, incluye módulos de manejo de estrés y tolerancia a la ambigüedad bajo la guía del líder. Así, la capacitación se convierte en una fuente de reconocimiento y apoyo emocional que potencia la confianza y el compromiso del equipo.
- Establece espacios seguros para compartir experiencias emocionales
Reserva parte de tus sesiones para que las personas expresen cómo se sienten en su rol. Integra preguntas como “¿qué emoción sientes cuando enfrentas un reto diario?” o “¿qué apoyo necesitas de tu equipo?”. Mientras un colaborador comparte al grupo su miedo ante una nueva responsabilidad, otro puede responder con historias de superación profesional. Estas conversaciones refuerzan la empatía y la cohesión interna del equipo, componentes vitales en un ambiente laboral flexible y dinámico.
- Reconoce en tiempo real la manifestación de emociones positivas de los colaboradores
Durante la capacitación, destaca siempre todo ejemplo de colaboración, vulnerabilidad o celebración genuina. Si un participante trabaja en una dinámica con empatía, el facilitador y el líder deben brindarle reconocimiento de inmediato. Esto refuerza el valor emocional del aprendizaje —reflejado electroquímicamente en circuitos y sinapsis neuronales persistentes— y, desde luego, contagia seguridad al resto. Celebra los avances emocionales del equipo. Así estimulas su motivación y participación continua.
- Acompaña a los colaboradores en la aplicación de las herramientas emocionales
Organiza sesiones de seguimiento breves (semanales, quincenales o mensuales) donde los colaboradores compartan lo que han aplicado en su entorno y los beneficios que han experimentado. Coordina como líder reuniones individuales o en pequeños grupos. Si logras que el aprendizaje del equipo se traslade al trabajo, mantienes el impulso emocional, consolidas el cambio y refuerzas la cultura de apoyo. También activas y aceleras el ciclo de aprender, aplicar, reflexionar y desaprender de modo permanente.
- Mide y comunica los indicadores emocionales con datos y testimonios
Incluye en tus encuestas de reacción posteriores al programa formativo preguntas como “¿qué emoción predominante tuviste a lo largo del curso?”, “¿qué lección personal o profesional viviste?” o “¿qué te llevas de valor emocional en esta experiencia de aprendizaje?”. Preferentemente, dialoga con los participantes y extrae frases significativas de las entrevistas como “me siento más apoyado por mi líder” o “recuperé la motivación en mi rol actual”. Además, puedes complementar tus resultados con datos de clima o estrés, como los de Deloitte sobre salud mental. Finalmente, integra la información, guárdala en una base de conocimiento para futuras referencias y compártela con líderes y dirección. Así, demostrarás con evidencias reales los beneficios tangibles e intangibles en el ambiente laboral al mejorar el ROI emocional del equipo.
Un liderazgo exitoso se basa en el equilibrio de capacidades profesionales y de bienestar personal, por ello, en IDESAA hemos creado programas de capacitación que desarrollan soft skills imprescindibles para que los líderes impulsen su bienestar y el de su equipo, con mejores resultados para la empresa e impacto en la sociedad.
Contacta a un asesor IDESAA para más información de soluciones de capacitación -contacto-
Conoce al autor:
René C. Rangel Colmenero es Director de Proyectos y Consultor de Negocios en IDESAA. Especialista en el desarrollo de proyectos de negocio e innovación, enfocados en mejorar la competitividad, rentabilidad y crecimiento sustentable. Ha participado en diagnósticos ejecutivos y en programas de liderazgo y desarrollo gerencial. Brinda asesoría directiva y coaching de negocio para la planeación estratégica y la profesionalización de empresas comerciales, de servicio y de manufactura.