“Ya tenemos Universidad Corporativa”: Por qué esta afirmación merece una segunda mirada

Varios millones de pesos invertidos en plataformas de capacitación empresarial. Doscientos cursos disponibles las 24 horas. Reportes de actividad por áreas y usuarios. Y, sin embargo, los indicadores de desempeño no reflejan mejoras.

¿Suena familiar? Esta brecha entre inversión y resultados suele tener una explicación clara: no es lo mismo contar con contenido que contar con estrategia. Es como tener una magnífica biblioteca llena de los mejores libros del mundo, pero sin bibliotecario, sin sistema de catalogación y, sobre todo, sin lectores que sepan qué libro necesitan para resolver sus desafíos específicos.

En algunas conversaciones con empresas, escuchamos: “Ya tenemos Universidad Corporativa”. Y al profundizar, descubrimos que lo que tienen es una plataforma LMS (Learning Management System) con un catálogo de cursos disponibles. Y efectivamente cuentan con algo valioso: equivale a tener los libros de la biblioteca. Sin embargo, una Universidad Corporativa va mucho más allá; es un ecosistema estratégico completo que conecta el aprendizaje con el crecimiento del negocio.

En palabras sencillas: el LMS es una herramienta, la Universidad Corporativa es la estrategia completa para el desarrollo del talento de la organización.

¿Qué elementos son parte de una Universidad Corporativa?

1. Visión estratégica alineada al negocio: La UC facilita la alineación de las acciones de capacitación y desarrollo con los objetivos estratégicos de la empresa. Los programas se diseñan para preparar a los colaboradores frente a retos y oportunidades reales del mercado.

2. Modelo integral de competencias: Contar con un modelo de competencias para las diferentes posiciones clave logra que el crecimiento personal y profesional sea mucho más redituable y genere mejores y más rápidos resultados. Una UC no solo ofrece cursos dispersos, sino desarrolla capacidades específicas basadas en las competencias requeridas para cada rol.

3. Cultura de aprendizaje continuo: La UC puede crear el ambiente propicio para desarrollar una cultura de aprendizaje en la organización, convirtiendo el conocimiento en el elemento clave que fomente la creatividad, la resiliencia y la capacidad de adaptación.

4. Rutas de aprendizaje personalizadas: Cada colaborador tiene diferentes puntos fuertes, puntos débiles, experiencias previas y preferencias de aprendizaje. Una UC adapta la capacitación para ofrecer experiencias de aprendizaje tanto dirigidas al grupo, como individuales y personalizadas. Esto logra que sea relevante para todos y maximiza el impacto en el desempeño.

5. Alcance extendido a toda la cadena de valor: Según la estrategia que se determine para la UC, sus usuarios pueden incluir no solo a colaboradores internos, sino también clientes, proveedores y distribuidores.

Una Universidad Corporativa no nace con la compra de un software, sino con la decisión de poner la capacitación y el desarrollo al servicio del negocio. Esto implica:

  • Una evaluación honesta de la situación actual: ¿La capacitación responde a objetivos claros del negocio? ¿Existe un modelo de competencias definido? ¿La dirección se involucra activamente?
  • Involucrar desde el inicio a los líderes.
  • Diseñar un ecosistema donde la tecnología acompañe a la estrategia, y no al revés.

Toda la información recabada de esta evaluación se ordena y sintetiza como base para el diseño de la orientación estratégica de la UC, la articulación de todos los componentes de la capacitación con el alcance que se pretende, los factores clave para su funcionamiento y el mapa de capacitaciones que responde a los retos de negocio.

Una Universidad Corporativa bien implementada generará resultados concretos que impactan directamente la operación y competitividad de la empresa, entre ellos:

  • Mayor retención de talento. Al brindar programas estructurados de desarrollo, las personas se sienten valoradas y comprometidas, reduciendo rotación y costos asociados.
  • Preparación ante el futuro. La organización responde con agilidad a las demandas de upskilling y reskilling que exige el mercado.
  • Mejor marca empleadora. La empresa proyecta una imagen de inversión genuina en su gente, lo que la hace más atractiva para el talento.

Si tu empresa actualmente cuenta con una plataforma LMS y cursos disponibles, vale la pena hacer una pausa y preguntarte: ¿Se está viendo el impacto esperado en el desempeño de los equipos? ¿Los colaboradores encuentran y aplican exactamente el conocimiento que necesitan para resolver los desafíos del día a día? ¿La inversión en capacitación se refleja en mejores resultados de negocio?

Esta evaluación es el primer paso hacia la transformación. Una vez que identificas la brecha entre lo que ya se tiene y lo que se necesita, puedes diseñar un plan estratégico que convierta la inversión actual en capacitación en una ventaja competitiva.

En IDESAA, por 30 años, hemos diseñado y entregado soluciones de capacitación y desarrollo, personalizadas y únicas para la empresa, que abordan sus retos y cumplen con sus objetivos particulares.

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Conoce a la autora:
Yolanda Barquera es Directora de Desarrollo de Talento en IDESAA. Como coach y consultora, dedica su experiencia a transformar la forma en que las personas aprenden y crecen dentro de las organizaciones. Su pasión es diseñar experiencias de aprendizaje que conecten genuinamente con las personas e impulsen su desarrollo personal y profesional.

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