¿Para qué trabajar tanto?, ¿para qué esforzarte tanto? La única respuesta válida es “para ser feliz”.
Iniciemos con tres reflexiones:
- El éxito se logra si haces un plan, actúas y consigues de manera intencionada lo que buscas. Que te vaya muy bien sin haberlo planeado se llamaría suerte.
- Ser feliz a través de tu actividad profesional es muy fácil cuando amas lo que haces.
- La felicidad profesional será tu recompensa al esforzarte por ser, o tratar de ser, el mejor, la mejor, en lo que te gusta hacer.
Esta última es la propuesta del libro Felicidad Profesional, logra la mejor versión de ti[1]: disfrutar tanto lo que te gusta hacer que lo hagas extraordinariamente bien; es decir que seas, o intentes, ser experto en ello.
Habrá que precisar qué es eso que te gusta hacer y en lo que quieres ser experto. Imagina círculos concéntricos, teniendo en el centro la mayor especialización. En los siguientes círculos, hacia fuera, estarán los sectores o las áreas de las que forma parte ese trabajo profesional. Veamos un ejemplo. Escribamos en el círculo exterior “ser diseñador de moda”, más adentro “ser diseñador de ropa”, luego “ser diseñador de ropa basada en la cultura mexicana” y, en el círculo interior, “ser diseñador de ropa basada en la cultura indígena mexicana”.
Encontrarás ejemplos similares en prácticamente todos los campos profesionales. No basta, por ejemplo, que digas que quieres ser experto en el sector inmobiliario; habrá que definir con más precisión. ¿Por qué? Porque un profesional inmobiliario tiene muchas posibilidades y debe elegir en cuál de ellas querrá ser experto si es que de verdad desea serlo. Las opciones son múltiples, pero es muy diferente ser “asesor de venta y renta de propiedades” que “constructor inmobiliario”, “asesor legal del sector inmobiliario”, “asesor fiscal del sector inmobiliario”, “comprador de inmuebles”, “arquitecto”, “urbanista”, “promotor de proyectos inmobiliarios”, “gestor inmobiliario especializado en hotelería”, “gestor de un portal inmobiliario” y cientos de opciones más. Todos estos ejemplos coinciden con ser un “profesional del ramo inmobiliario”, pero no se puede ser experto en todo. Hay que elegir.
En la medida en que seas capaz de definir esos círculos de la manera más específica posible tendrás mucho más claras las opciones de desarrollo profesional en las que puedes encontrar la felicidad profesional. ¿Es mejor estar muy enfocado que ser generalista? Lamentablemente no es posible dar respuestas únicas que sean válidas para todos. Cada caso debe examinarse en forma individual.
Volvamos al punto de partida. Decíamos que la felicidad profesional será tu recompensa al esforzarte por ser, o tratar de ser, el mejor, la mejor, en lo que te gusta hacer. Entonces un segundo elemento clave para que alcances esa felicidad, además de precisar qué te gusta hacer, es que seas, o intentes, ser experto en ello. Es decir, que construyas tu ventaja competitiva personal.
La ventaja personal es la integración de talentos y capacidades que no solo son diferentes –además de valoradas– en ti, sino que, fundamentalmente, deben ser superiores. A primera vista puede parecer que su desarrollo da un salvoconducto para “dejar de saber” de las áreas que no están comprendidas en aquello que te apasiona. Es decir, podría pensarse que, siguiendo nuestro ejemplo inmobiliario, cuando has decidido dejar de lado una especialización en locales comerciales porque has optado por la opción residencial, ya no tienes necesidad de saber nada de aquella otra área. Pero este no es el verdadero significado de la construcción de la ventaja.
El reto de que desarrolles tu ventaja personal es que, al seguirla, tendrás la obligación contigo mismo de ser verdaderamente experto en el área de tu interés. De esta forma, el supuesto salvoconducto para “no saber” en realidad es un contrato contigo mismo para saber más, para ser, o tratar de ser, el (la) mejor en aquello que has seleccionado. Todo lo cual significa que necesitarás dominar una serie de capacidades muy superior a la media y que, por lo tanto, requieres también de mayor dedicación.
Es necesario destacar que, cuanto más sofisticada sea la ventaja competitiva personal elegida, más atributos tendrá y, por tanto, mayor será el reto por conseguirla.
En conclusión, lograr el éxito tiene dimensiones que superan lo medible. El mayor éxito profesional entre todos los que puedes alcanzar no es otro que el de tu felicidad profesional. Una felicidad que no te da ni todo el dinero del mundo, ni las vacaciones, ni un coche nuevo. ¿Por qué? Porque la felicidad profesional sólo puede tener un origen: el trabajo personal. Y para lograrla es necesario que tengas claro qué es lo que te apasiona hacer y que te formes un compromiso inviolable: lograr la mejor versión de ti.
¿Para qué trabajar tanto?, ¿para qué esforzarte tanto? La única respuesta válida es “para ser feliz”, porque trabajas para ser mejor, porque practicas para ser mejor; porque te esfuerzas para que, siendo el o la mejor en lo que te gusta hacer, seas feliz.
[1] Mena Seifert René & Zubieta Peniche Pablo A. (2017). Felicidad Profesional, logra la mejor versión de ti. Monterrey, México: Editorial La Ventana.
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Diplomado en Desarrollo de Competencias Gerenciales
Conoce al autor:
René Mena es creador, fundador y CEO de IDESAA Escuela de Negocios, TRUE e-Learning y del Foro Pro-Talento Empresarial, emprendedor experto en el Diseño de Soluciones de Desarrollo de Talento Empresarial.