Podemos replicar la experiencia de reunir a los participantes a través de la tecnología si planificamos en consecuencia.
La capacitación virtual no es algo nuevo, pero la crisis que el mundo experimenta actualmente ha acelerado su necesidad. A menudo se piensa que cambiar a un formato virtual hace que la capacitación sea de menor impacto que en una presencial. Sin embargo, podemos replicar la experiencia de reunir a los participantes a través de la tecnología si planificamos en consecuencia.
Exactamente ¿a qué nos referimos por capacitación virtual? Definitivamente a una experiencia altamente interactiva, que cuente con objetivos de aprendizaje específicos para lograr un cambio de comportamiento o ganar una nueva habilidad y conseguir que los participantes lo apliquen en su lugar de trabajo.
En algunos casos, al volverse difícil el impartir capacitación presencial se requiere convertir el contenido (nuevo o existente) a un entorno de aprendizaje virtual que continúe satisfaciendo las necesidades de capacitación de la empresa.
Es posible hacer el cambio en un muy corto plazo. Pero, no es tan simple como tomar los materiales de capacitación existentes, ponerlos en línea y pensar que estamos listos. Hay que revisitar los objetivos de aprendizaje, decidir qué actividades autodirigidas pueden conservarse y valorar qué tipo de actividades en línea adaptar o incluir para lograr un aprendizaje efectivo.
Aspectos importantes que se deben considerar:
- La cantidad de tiempo que las personas pueden permanecer enfocadas en la pantalla es mucho más corta que en una sala de capacitación.
- Se requiere presentar contenido atractivo que capte la atención de los participantes.
- Indispensable conocer las funcionalidades de la plataforma virtual a utilizar (Webex, Zoom, Adobe Connect, GoToMeeting, etc.) para lograr la interactividad de la capacitación.
Si no damos un paso atrás y consideramos lo anterior, corremos el riesgo de simplemente impartir una conferencia con diapositivas prediseñadas y no realizaremos en verdad un evento de capacitación.
Se requieren tres componentes para crear un evento de capacitación virtual exitoso:
- Diseño interactivo para lograr el engagement de los participantes. Quien arme el programa, ya sea un diseñador instruccional o un instructor experto, debe crear un diseño interactivo que atraiga la atención y motive a los participantes a estar activos. Para esto debe hacer uso de las herramientas con que cuente la plataforma a utilizar, como chat, encuestas, levantar la mano, grupos virtuales, y en ese sentido, crear una experiencia que sea similar a lo que sucede en un entorno presencial.
- Un facilitador comprometido. Se requiere la habilidad de saber conectar con una audiencia remota, y que, además de ser conocedor del tema en cuestión, hable y presente adecuadamente, y es imprescindible que se sienta cómodo con la tecnología. Debe facilitar la experiencia de aprendizaje, fomentar el diálogo y lograr una experiencia tanto interactiva como social para los participantes.
- Participantes listos para aprender. Un aspecto que generalmente se omite es preparar a los participantes para que tengan la mentalidad de que asistirán a un evento de aprendizaje. Una persona dispuesta a aprender sabe que el evento no es solo otra junta a la que debe conectarse, sino reconoce que al participar activamente en el evento obtendrá los beneficios que la capacitación le ofrece.
Considerar estos tres aspectos en conjunto, un diseño interactivo, un facilitador comprometido y participantes preparados conducirá a que la conversión de la capacitación a un formato virtual sea una excelente manera de difundir el aprendizaje en toda la organización.
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Conoce al autor:
Yolanda Barquera Directora de Desarrollo de Talento de IDESAA. Es coach y consultora de negocios en las áreas de desarrollo de talento y análisis de procesos. Tiene una pasión por el desarrollo y los procesos de cambio y le encantan las nuevas oportunidades para seguir aprendiendo. Especialista en el diseño e implementación de proyectos e-Learning.
