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En el artículo…
- La importancia de conocer el “contexto estratégico”
- Recomendaciones para que tu proyecto de inversión no sea rechazado
Todo aquello que no demuestre una contribución al logro de los objetivos estratégicos, aunque sea un proyecto “muy rentable”, quedará fuera…
Muchos ejecutivos comparten esta frustración…
Después de días o meses de trabajo intenso en desarrollar una idea, fundamentarla desde diversos aspectos (técnico, financiero, ingenieril, comercial, etc.), hacer proyecciones financieras, evaluar su rentabilidad y plasmar todo en un contundente caso de negocio, el proyecto no es autorizado.
He escuchado casos donde meses de trabajo son “rechazados” en apenas 5 o 10 minutos por la junta directiva, y con enojo se preguntan, ¿Por qué no entienden que este proyecto es tan rentable para la organización?
Hay que ponerse en contexto
Una de las causas más importantes para llegar a esta situación es la falta de “contexto estratégico”. Esto es algo que se debe de investigar en las fases preliminares de cualquier proyecto de inversión.
¿A qué me refiero como “contexto estratégico”?
Las organización es, y en especial los altos ejecutivos, usualmente dedican varios días al año a establecer los objetivos estratégicos de la organización, tanto a mediano como a largo plazo. Es un proceso de mucha discusión y compromisos, avalado por los dueños, donde claramente se determina el rumbo que tomará la organización en los próximos 12 a 18 meses y generalmente con metas muy claras para los siguientes 3 a 5 años.
Esta planeación se traduce usualmente en un número muy limitado de objetivos estratégicos, idealmente no más de cinco, claros, logrables, medibles y con metas muy precisas.
La dirección general buscará a toda costa que esos objetivos estratégicos se cumplan, por lo tanto, todas las ideas o proyecto que se les presenten pasarán rápidamente por una pregunta filtro muy importante: ¿En qué contribuye esta idea al logro de uno o varios de los objetivos que tenemos acordados?
Todo aquello que no demuestre una contribución al logro de los objetivos estratégicos, aunque sea un proyecto “muy rentable”, quedará fuera, ya que se volvería una “distracción” para el logro de los objetivos establecidos.
Recomendaciones para sacar adelante tu proyecto de inversión
Dado lo anterior, ¿Qué puedes hacer para no caer en la frustración de que nuestro proyecto sea rechazado? Algunas ideas:
- Investiga las prioridades de la organización y establece claramente si tu proyecto de inversión tuviera una contribución directa a su logro, si sí la tiene, debes mostrarla en forma explícita de inmediato.
- No te enamores de tu idea. Si no contribuye a la estrategia del negocio, es tu responsabilidad no dedicarle recursos (incluido tu tiempo) innecesariamente.
- Es una buena práctica, y muy generalizada, que los objetivos de cada ejecutivo estén alineados a los de la organización. Busca que las decisiones del día a día promuevan el logro de los objetivos estratégicos corporativos. Si tú tuvieras que aprobar un proyecto que no muestra claramente su contribución al logro de los objetivos de la organización, ¿lo apoyarías?
Hacer la tarea previa de descubrir las prioridades estratégicas de tu organización te evitará muchas horas de trabajo inútil, frustración y distracciones. Si esa información no fuera claramente difundida en la organización, puedes obtenerla de charlas informales con sus directivos o dueños. Las empresas más grandes típicamente las anuncian en sus cartas a los accionistas, disponibles en Internet.
Además, las inversiones más recientes generalmente te darán una confirmación del rumbo que busca llevar la organización. Por ejemplo, si una empresa automotriz está invirtiendo en autos eléctricos, quizá un proyecto de mejora para motores de gasolina no sea atractivo.
Evitemos frustraciones y desperdicio de tiempo contestando oportunamente a la pregunta: ¿En qué estoy contribuyendo al logro de los objetivos más importantes de mi organización?
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Conoce al autor:
Homero Villarreal Junco. Director de Nuevos Negocios y Alianzas Internacionales de IDESAA. Es Master en Ciencias por el Georgia Institute of Technology y cuenta con formación en Coaching y Eneagrama. Su especialidad es la determinación de KPI para medir el desempeño organizacional y de la capacitación y el desarrollo.
