Learning by doing o “aprender haciendo” es la simple idea de que somos capaces de aprender más sobre algo cuando realizamos la acción. Por ejemplo, digamos que quieres aprender a patinar. Tal vez leerás consejos en un blog o verás algunos videos en YouTube, eso te dará un conocimiento básico de cómo hacerlo. Pero el aprendizaje práctico vendrá cuando te pongas los patines, comiences a moverte con ellos y también… cuando te caigas unas cuantas veces.
La metodología Learning by doing adopta un enfoque activo. Las ideas y los conceptos siguen siendo necesarios, pero convertirlos en una realidad palpable no es solo una opción: es un factor clave. Esto se debe a que el compromiso activo proporciona un aprendizaje más profundo y a la premisa de que no pasa nada si se cometen errores, ya que también se aprende de ellos. El Learning by doing se basa en la experimentación.
Para adquirir conocimientos mediante Learning by doing se plantean acciones que los participantes deben realizar de forma grupal (o individual), y una vez realizadas, se analizan los resultados obtenidos para evaluar su eficacia y su impacto, posteriormente, se extraen conclusiones para aplicarlas a futuras ocasiones. Se trata de desarrollar habilidades en un entorno que simula una experiencia real, para aprender a resolver los verdaderos problemas que la persona se encontrará en el mundo laboral. De esta manera, quienes participan en el proceso toman decisiones y suman sus esfuerzos para conseguir los mejores resultados.
Generalmente, el Learning by doing aplica el siguiente orden:
- Presentación del problema
- Desarrollo de ideas de forma individual
- Puesta en común de las ideas y conceptos en grupo
- Diálogo/debate para valorar las ideas propuestas y decidir en conjunto cuál podría ser la solución al problema
- Aplicación práctica
La clave está en la reflexión conjunta entre quienes participan, lo que permite desarrollar nuevas ideas, y luego en la experiencia de aplicarlas en el mundo real. Esta práctica fomenta que los participantes se deshagan de prejuicios y de ideas preconcebidas, y que abran la mente a nuevos horizontes. La experimentación (prueba y error) es la herramienta clave para conseguir nuevas soluciones. Esta experiencia da la oportunidad de pasar por el ciclo de aprendizaje, que implica un esfuerzo, errores y reflexión, seguido de afinar las soluciones planteadas inicialmente.
Algunos ejemplos de aplicación de Learning by doing pueden ser: entrenar a nuevos colaboradores en el proceso de onboarding, participar en la innovación de procesos, encargarse de la solución de algún conflicto con algún proveedor o cliente, fortalecer la comunicación en las interacciones con equipos internacionales o remotos, entre muchas otros.
Al utilizar Learning by doing se favorecen las relaciones sociales que son fundamentales en el entorno laboral. Asimismo, se desarrollan competencias como: autoconocimiento, colaboración, escucha activa, empatía, comunicación, análisis y solución de problemas, etc. También, se estimula la capacidad de aprendizaje y la toma de decisiones, el liderazgo, el crecimiento personal y la innovación.
Un claro beneficio de Learning by doing es que es atractivo y memorable. Cuando nos vemos obligados a hacer lo que necesitamos aprender, es más fácil recordarlo. Cada acción nos proporciona experiencias de aprendizaje personalizadas y construye nuestra motivación. Esa motivación se conecta con lo que aprendemos y sentimos, y así, el aprendizaje se vuelve relevante y significativo. Learning by doing se puede resumir en lo que Albert Einstein dijo: “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información.”
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Conoce a la autora:
Yolanda Barquera es Directora de Desarrollo de Talento de IDESAA. Es coach y consultora de negocios en las áreas de desarrollo de talento y análisis de procesos. Tiene una pasión por el desarrollo y los procesos de cambio y le encantan las nuevas oportunidades para seguir aprendiendo. Especialista en el diseño e implementación de proyectos e-Learning
